Un proyecto empresarial desarrolla, junto al Cebas, un avanzado sistema para eliminar esta amenaza en el campo y la industria
Este mes ha trascendido una investigación liderara por el centro murciano Cebas-CSIC que abre la puerta a la futura erradicación en el laboratorio de la almendra amarga. La noticia, publicada en la prestigiosa revista científica 'Science', coincide en el tiempo con el proyecto de un grupo de productores para acabar con ella mediante el desarrollo de alta tecnología.
La guerra declarada a la almendra amarga tiene detrás el incremento en los precios que el mercado paga por este fruto seco. Los últimos años de buenas cotizaciones, alimentadas por un alza mundial de la demanda al que aún se prevé un largo recorrido, ha llevado a muchos a recuperar las almendras de antiguas fincas en desuso o de árboles que siguen creciendo al borde de los caminos. Pero el fruto de las plantas originadas a partir de semillas de viejos árboles o que rebrotan por debajo de los injertos de los que quedaron abandonados es amarga. Sigue siendo «un porcentaje muy bajo de la producción», reconoce Celestino Cervantes, director técnico de la cooperativa Coato. «El problema», aclara, «es que cuando la almendra se industrializa, y se muele, por ejemplo, la presencia de una amarga puede echar al traste un lote completo».
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