Los investigadores del Instituto de Química, encabezados por Martha Lydia Macías Rubalcava, ya cuentan con compuestos para impedir, por ejemplo, el desarrollo de Fusarium oxysporum, que ataca al jitomate, cultivo de gran importancia económica en México.
Los hongos endófitos son microorganismos que habitan en los tejidos internos de las plantas sin causar síntomas de enfermedad; se encuentran en todas ellas y forman parte de sus mecanismos de defensa.
“Dentro de su hospedera, obtienen nutrición y protección, y en retribución algunos tienen la capacidad de proporcionar mecanismos de defensa a la planta, a través de la producción de metabolitos secundarios con propiedades antimicrobianas. Eso nos llevó a buscar compuestos con actividad biológica, producidos por hongos endófitos, y eficaces en la agricultura”.
Estos microorganismos también pueden ser útiles como agentes de control biológico, pues producen moléculas activas, incluyendo compuestos orgánicos volátiles, que inhiben a distancia el crecimiento de patógenos.
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