La vicepresidenta de la Sociedad Española de Agricultura Ecológica explica cómo debemos actuar los consumidores para contribuir a frenar el calentamiento global. La clave: consumo sostenible y dietas adaptadas al territorio
La agricultura, más concretamente la producción agrícola, salta al escenario del calentamiento global como uno de los actores protagonistas. Su papel consiste en la emisión (directa o indirecta) de gases de efecto invernadero (GEI) y en emitir o secuestrar carbono en función de las prácticas agrícolas. Poniendo números a la actividad: "Las emisiones agrícolas representarían el 25% de las emisiones globales", cuantifica Dolores Raigón, vicepresidenta de la Sociedad Española de Agricultura Ecológica (SEAE).
La unión de datos arroja un saldo preocupante, que apunta directamente a "la alimentación, junto con el cambio climático y la pérdida de biodiversidad", como "los principales desafíos del siglo XXI"
"En España tenemos un bajo compromiso con la sostenibilidad agrícola y la mayoría de la población actúa con total desconocimiento"
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