Miguel Blanco, Secretario General de COAG, ha comparecido esta mañana en la Comisión creada a tal efecto, en representación de los hombres y mujeres del campo que forman el modelo social de agricultura. Modelo que está soportando una grave crisis, evidenciada en las protestas de enero y febrero, y agravada ahora por la pandemia.
Blanco ha puesto de relieve el potencial agrario de nuestro país, al que hay que dotar de herramientas de futuro para afrontar el nuevo escenario post-COVID y los retos que trae de la mano el siglo XXI.
- Ha pedido a todos los grupos parlamentarios la puesta en marcha de un Estatuto de la Agricultura Social y Profesional y ha alertado sobre los peligros para nuestro medio rural del “proceso de uberización del campo español”.
La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) ha presentado esta mañana en el Congreso de los Diputados “las 100 medidas agrarias” para la reconstrucción social y económica de España, tras los efectos de la pandemia global por el COVID19. El Secretario General de COAG, Miguel Blanco, ha comparecido en la Comisión creada a tal efecto en representación en representación de los hombres y mujeres del campo que forman el modelo social de agricultura. “Modelo que está soportando una grave crisis, evidenciada en las protestas de enero y febrero, y agravada ahora por la pandemia”.
Durante su intervención, Blanco ha puesto de relieve el potencial agrario de nuestro país, “al que se le debe dotar de herramientas de futuro para afrontar el nuevo escenario post-covid y los retos del siglo XXI”. En este sentido, el responsable de COAG ha precisado que el objetivo debe ser la sostenibilidad, social, económica y medioambiental. “Y esta sostenibilidad debe acompañar a cada uno de los retos de futuro a los que debe hacer frente el sector agrario. Retos como la seguridad y soberanía alimentarias; la preservación medioambiental, lucha contra el cambio climático y la resiliencia frente a sus efectos; la revolución tecnológica y digitalización o la transición energética hacia las energías renovables”. Para afrontarlos, ha señalado, se necesita un fuerte apoyo político y económico a escala europea. “Hace falta desarrollar políticas de ordenación de mercados, revisando tratados comerciales, estableciendo un control de las importaciones exigiendo el cumplimiento de los altos estándares comunitarios. Este sería un principio básico de preferencia comunitaria”.
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