El alto precio que se paga por la semilla de la algarroba dispara los cultivos de este árbol en fincas profesionales del Campo de Cartagena y el Valle del Guadalentín. Sus características son demandadas por varias industrias: fármacos, cosméticos o alimentación
Del chocolate de los pobres al fruto dorado. Los algarrobos han dejado de ser los árboles silvestres que crecen en los bajos de los montes de la Región de Murcia para convertirse en el cultivo de moda. Símbolo del bosque mediterráneo, las múltiples posibilidades que tiene la garrofa o algarroba, la legumbre del algarrobo, hacen de esta producción típicamente de secano un valor en alza dentro de la agricultura murciana. Este fruto se ha convertido en ingrediente protagonista para la industria farmacológica, cosmética, alimentaria, del papel, la química e incluso la textil.
El interés comercial ha crecido mucho en los últimos años. En 2016 se temía por su desaparición cuando antaño fue un emblema en zonas como el Campo de Cartagena. También el interés ha aumentado entre los amigos de lo ajeno por estas plantaciones, un hecho que ha obligado a la Guardia Civil a redoblar la vigilancia en zonas de cultivos del Valle del Guadalentín y la comarca cartagenera.
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