Las desalobradoras desmanteladas recientemente por la Guardia Civil son "un número pequeño" respecto a todas las existentes, advierte la CHS, que desde 2022 ha precintado más que durante las macrooperaciones de hace cuatro años
Hace cuatro años la Guardia Civil y la Confederación Hidrográfica del Segura comenzaron una batería de macrooperaciones de búsqueda de desalobradoras ilegales en el Campo de Cartagena para cortar de raíz los vertidos de salmuera con nitratos a los cauces que desembocan en el Mar Menor. Esas investigaciones derivaron en el caso Topillo, un largo proceso judicial que está cerca de tener una fecha para que los acusados se sienten en el banquillo. Sin embargo, las sucesivas inspecciones de la Benemérita y la CHS no han logrado terminar con la lacra de las desaladoras sin autorización que pinchan el acuífero de la comarca para desnitrificar el agua y usarla para riego o dar de beber al ganado.
La última operación de la Guardia Civil ha concluido con 15 investigados tras casi año y medio de batidas por las fincas del Campo de Cartagena, donde se pudieron constatar varios casos de presuntas extracciones ilegales de aguas subterráneas, vertidos de excrementos desde las granjas y depósitos de purines de cerdos acumulados de forma irregular.
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