Un estudio del CSIC y la Politécnica de Madrid concluye que en la actividad agraria regional existe un «uso excesivo de los fertilizantes artificiales», lo que deriva en la contaminación del suelo y del aire
La reducción de su presencia en suelos y masas de agua es una necesidad y una obligación que deben cumplir los países de la Unión Europea, entre ellos España. La Región no puede mirar para otro lado, ya que sus zonas de regadío sufren una «sobrefertilización que termina por alterar el ciclo del nitrógeno, lo que eleva las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera», entre otros problemas medioambientales, apunta Benjamín Sánchez, investigador Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA) del CSIC.
El experto, junto a un equipo de científicos internacionales, ha querido poner cara al problema del uso de los fertilizantes sintéticos en los cultivos de riego de la Región de Murcia y, especialmente, en las proximidades al Mar Menor. El mayor desperdicio de nitrógeno, asociado a los compuestos que ayudan a multiplicar el rendimiento de las cosechas, se encuentran en las producciones hortícolas y de cítricos, lo que «supone un alto riesgo» para el entorno. Estos cultivos, que ocupan un 40% de toda la superficie cultivada, suman entre ambos un exceso de nitratos de hasta un 67% en la Comunidad.
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