Agricultores, científicos y ecologistas se enfrentan por el uso de los pesticidas mientras surgen nuevas enfermedades que amenazan los naranjos, los olivos y el trigo
Los agricultores dedicados a las naranjas, los limones y las mandarinas están aterrados. El dragón amarillo, la enfermedad más devastadora de los cítricos, aporrea las puertas de España. La peste, desatada por una bacteria, ya aniquila los árboles de Asia, África y América. El microbio amarillea las hojas y deforma los frutos, provocando además un sabor desagradable, entre amargo y salado, que arruina las cosechas. No tiene cura. Solo en Florida (EE UU), la plaga ha provocado pérdidas de más de mil millones de euros.
La bacteria del dragón amarillo no viaja sola, sino a lomos de la psila africana, un diminuto insecto con alas de origen subsahariano. En 2014 sonaron todas las alarmas. El insecto se detectó por primera vez en el continente europeo, en las comarcas gallegas de A Barbanza y de O Salnés, a ambos lados de la ría de Arosa. El Ministerio de Agricultura preparó en seguida un plan de contingencia y autorizó el uso de un insecticida, el tiametoxam, para luchar contra el bicho alado portador del microbio y evitar una catástrofe que dejara los supermercados sin naranjas, limones y mandarinas.
Fuente de la noticia
Deja una respuesta