Es uno de los productos más delicados en los supermercados y las diferentes cadenas se encargan de obtenerla de la forma más eficiente.
La fruta es uno de los componentes básicos de la dieta Mediterránea y uno de los más importantes de cualquier tipo de dieta saludable, ya que aportan muchos nutrientes y muy pocas calorías. En España contamos con la suerte de tener lo que se conoce como 'la huerta de Europa', con infinidad de cultivos en el sur del país, lo que permite que podamos disfrutar de fruta fresca de calidad a precios más asequibles que si tuviéramos que importarla. En concreto, España exportó en 2017 12,6 millones de toneladas de frutas y hortalizas por valor de 12.704 millones de euros, según la Dirección General de Aduanas.
Así, los españoles consumimos de media al año 196 kilos de fruta, lo que supone un gasto medio de 454 euros al año, siendo los segundos del mundo en cuanto a consumo personal, según un informe de EAE Business School. Esto supone que la fruta es parte fundamental de nuestra lista de la compra, de ahí que para hacernos con ella tengamos diferentes opciones. Fruterías de barrio, especializadas, orgánicas y, por supuesto, supermercados. Estos no podían dejar la fruta fuera de su oferta y se afanan por tener la mayor variedad posible conjugando calidad con precios económicos. Pero, ¿cómo llega la fruta a los supermercados? Cada cadena sigue una estrategia diferente.
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