Si deseamos mantener una agricultura de dimensión humana y vertebradora del territorio, la organización colectiva es la única manera de hacerlo compatible con la economía de mercado
El debate sobre la economía social y cooperativa está más vivo que nunca en estos momentos en los que mejoran ciertas cifras macroeconómicas. Nos gustaría contribuir con algunas reflexiones desde el ámbito en el que desarrollamos nuestra actividad profesional e investigadora, el del sector agrario y alimentario y el de las políticas públicas con él relacionadas.
Partiremos del estudio titulado en inglés Support for Farmers’ Cooperatives (el apoyo a las cooperativas agrarias), realizado para la Comisión Europea en los años 2011 y 2012. En este estudio, se analiza la situación de las cooperativas agrarias en todos los Estados miembros de la Unión y se llega a unas conclusiones interesantes. Que sepamos, no hay otro estudio que analice y compare la situación de la economía social de cualquier otro sector productivo en todos los Estados miembros de la Unión, con una metodología armonizada y unas preguntas de investigación comunes. Creemos que algunas de sus conclusiones pueden ser útiles e interesantes también para otros sectores de la economía.
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