UPA-UCE Extremadura estima que las adversidades climáticas de este año ocasionarán unas pérdidas de unos 14 millones de euros para los tomateros extremeños y una disminución de la producción del 11%. A falta de pocos días para que comience la campaña del tomate,la organización destaca la importancia de este cultivo para nuestros regadíos, que en 2017 ocupó más de 24.000 hectáreas en la región. “Solo el valor de la producción y los apoyos que recibimos nos sitúan en torno a los 200 millones de euros”, apuntan desde la organización.
Uno de los principales problemas que ha tenido la campaña del tomate ha sido la climatología. Las tormentas de mayo que asolaron las vegas han generado una reducción importante de la superficie (en torno a 2.000 has). Si a eso se le suma la caída de la contratación (más de 1.000 has) que hicieron las industrias con respecto a 2017, finalmente existe una disminución de superficie del 12,5%, en torno a las 21.000 hectáreas.
“Calculamos una reducción de la producción en torno al 11% con respecto a la del anterior ejercicio, que fue de 2.125.348 toneladas”, explican desde UPA-UCE.
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