Plazas repletas de puestos de fruta y verdura, dulces y quesos. Podría parecer la descripción de una estampa antigua, pero es actual. Porque los mercados de producto local y ecológico han vuelto a ganar las calles. Y la población vuelve a conectar con la tierra, sobre todo los urbanitas
n los llamados mercados verdes los productores venden alimentos locales y de temporada sin intermediarios: de la huerta a la mesa, directamente al público, un pequeño lujo que cada vez más personas valoran. Si bien no hay que confundir la producción local con la ecológica, en estos mercados suele haber también artículos con certificación ecológica. Además, la mayoría de estos eventos va más allá del simple hecho de comprar: ofrecen al visitante una experiencia diferente en la que se promueve el consumo responsable.
Los mercados de producto local y ecológico tienen beneficios ambientales y sociales. Por un lado, contribuyen a reducir la emisión de dióxido de carbono al evitar las largas distancias del transporte. Por otro, fomentan la economía local, el desarrollo del entorno rural y la soberanía alimentaria que reivindica el derecho de los pueblos a decidir qué producir y comer.
Los mercados de producto local y ecológico fomentan la economía local, el desarrollo del entorno rural y la soberanía alimentaria
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