En torno a un 15% del importe total de la ayuda a la renta aplicada en Aragón, procedente de la PAC, no repercute en la mejora de las rentas de los agricultores ni constituye un incentivo para mejorar la actividad, según se recoge en el análisis del apoyo a las rentas agrarias en Aragón realizado por el servicio de Modernización de Explotaciones de la Dirección General de Desarrollo Rural cuyos resultados servirán para diseñar políticas de mayor apoyo a los profesionales y a la agricultura familiar, en el marco del anteproyecto de Ley de Promoción y Modernización de la Agricultura Familiar y de cara a la negociación de la futura PAC y donde también se advierte del peligro de recortar las ayudas a los jubilados.
En la rueda de prensa de presentación del informe, el director general de Desarrollo Rural, Jesús Nogués, ha recordado que el objetivo con el que nació la PAC fue el de equiparar las rentas de los agricultores con el resto de sectores, sin embargo, «no hay una relación clara entre los parámetros de renta y la ayuda a la renta».
El motivo es que la cuantía y el criterio de distribución de la ayuda individual depende de la superficie y de los derechos históricos y no tiene en cuenta la renta, lo que supone «una seria obstrucción para la necesaria redistribución de los recursos aplicados en favor de quienes acreditan una mayor dependencia de la actividad agraria», según las conclusiones del informe.
De acuerdo con el análisis de las 32.635 explotaciones analizadas, sólo el 9% de los profesionales tienen una renta equiparable al resto de la ciudadanía, mientras que el 49% de los perceptores de la PAC tienen unas ventas anuales inferior a los 20.000 euros pero consumen el 15% de las ayudas, unos 68 millones de euros anuales.
La media de la renta para todo Aragón no alcanza los 48.000 euros anuales frente a los 130.000 euros de Francia o los 175.000 de Alemania.
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