LA UNIÓ de Llauradors pone en evidencia las continuas caídas que está experimentando el precio de la almendra y la diferencia que supone respecto a otros países competidores, como Italia
Unió de Llauradors, quien ya alertara hace un mes de la constante caída del precio de este fruto seco, pone el acento en que los precios presentes en las principales lonjas están, según variedades, en el entorno de un 30% por debajo de las de julio del pasado año. Además, en la comparación con los que se perciben en el exterior están alrededor de un 48 % más altos en Italia con respecto a los fijados por la Lonja de Reus, tomados como referencia en España.
“No tiene sentido, siendo un país deficitario” comentan desde la organización. Según los datos del INC (International Nut & Dried Fruits), la producción media española de almendra de los cinco pasados años se ha situado sobre las 63.606 toneladas de almendra grano; mientras que el consumo lo cifra en unas 73.130 toneladas. “Lo hemos denunciado constantemente y estamos a la espera de una nueva reunión con el Ministerio de Agricultura en la que seguiremos insistiendo”, añaden.
Sospechas de la llegada de barcos de Estados Unidos
En este sentido, la organización recoge los ecos del sector sobre la llegada reciente de importaciones de almendras californianas desviadas hacia España debido al escenario internacional generado por el coronavirus y que podrían explicar en parte la espectacular caída de precios. Además, en Estados Unidos se usan hasta 72 materias activas pesticidas prohibidas o en trámite de prohibición en la Unión Europea.
En todo caso, LA UNIÓ señala que los agricultores están haciendo en los últimos años un esfuerzo, con importantes inversiones, para suministrar al mercado almendra autóctona y de calidad y, sin embargo, cada vez se importa más.
De hecho, mientras que entre 2010 y 2015 en el primer cuatrimestre del año se venían importando una media de 30.700 toneladas de almendra americana; la media de los últimos 5 años ha estado en las 40.900 toneladas.
“Se está dejando a un lado la producción española y valenciana, como en otros muchos sectores, en favor de productos importados que no cumplen nuestros estándares productivos en materia de medio ambiente y sanidad vegetal” apuntan desde la organización, recordando que en Estados Unidos se usan hasta 72 materias activas pesticidas prohibidas o en trámite de prohibición en la Unión Europea, según el estudio publicado el pasado año por Environmental Health.
“Se trata de una situación muy grave de competencia desleal, amparada hasta ahora por las propias autoridades comunitarias”, para lo que la organización se ha dirigido por escrito al Ministerio de Agricultura para que impulse en Bruselas la exigencia del respeto al principio de reciprocidad en los intercambios comerciales. Esto y que los cambios en Ley de la Cadena Alimentaria no sean finalmente “meros fuegos de artificio” es fundamental para mejorar la posición de los productores.
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