Se desploman las compras que hace China al exterior por la debilidad de su demanda y por el conflicto arancelario con Estados Unidos
La desaceleración de China se agrava y a pesar de que el Gobierno se ha fijado un objetivo de crecimiento positivo para este año (de entre el 6% y el 6,5%, frente al incremento del 6,6% que registró en 2018), su comercio exterior se ha desplomado en los primeros tres meses del año, lo que tiene un efecto dominó en el resto del mundo y, en particular, en Europa.
A pesar de que el gigante asiático es conocido como el gran vendedor del resto del mundo, su papel como importador es muy relevante para el resto de países, como Alemania, que sitúa a China entre sus principales clientes.
Entre enero y marzo de este año las importaciones de China han crecido un 0,3%, lo que supone un frenazo abrupto si se tiene en cuenta que las compras de China al exterior crecieron a un ritmo del 11,7% en el primer trimestre de 2018 o un 31,1% en ese mismo periodo de 2017.
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