El fraude alimentario podría tener los días contados. Carnes, pescados o productos veganos y vegetarianos entre otros, cuentan desde principios de año con un nuevo sistema de análisis cuyos avances en investigación y desarrollo han permitido poner en marcha este servicio con excelentes resultados. Toda una revolución que está llamada a convertirse en el gran caballo de batalla de las prácticas fraudulentas del sector alimentario. Se trata de un proyecto de investigación desarrollado por la empresa española Laboratorios Tecnológicos de Levante, financiado por el Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (IVACE) de la Generalitat Valenciana, a través de los fondos FEDER, que vendrá a acabar con las malas praxis que hoy en día se siguen produciendo en la composición de ingredientes y en los etiquetados de la industria alimentaria.
España se sitúa como la cuarta economía exportadora de alimentos de la Unión Europea, y a pesar del esfuerzo de la industria alimentaria por ofrecer unos altos estándares de calidad, hoy por hoy, se sigue detectando un elevado índice de fraude alimentario. Un problema que preocupa a Gobiernos, consumidores y también a las empresas del sector de la alimentación que ven amenazada su competitividad.
El proyecto denominado Food Fraud liderado por la compañía LTL demuestra la infalibilidad de la aplicación de las técnicas genómicas como metodología de análisis y certificación de la composición de los alimentos, con el fin de garantizar su calidad y combatir el fraude alimentario relacionado con el etiquetado incorrecto o la sustitución de ingredientes, entre otros. La investigación ha permitido ya desarrollar y poner en marcha esta metodología en carnes y pescados, dos de las cinco categorías de alimentos que más investigaciones suscitan al año, y continuarán extendiéndola a otras variantes.
Food Fraud supone un gran avance en el desarrollo de tecnologías rápidas y eficaces contra el fraude alimentario demostrando de forma pionera la viabilidad técnica de la secuenciación masiva en el ámbito de la alimentación. Los resultados que hasta la fecha ha obtenido Laboratorios Tecnológicos de Levante demuestran el valor de estos nuevos procedimientos de calidad para proteger a las empresas agroalimentarias, que trabajan rigurosamente para dar a los consumidores la total seguridad en los productos que consumen.
Las técnicas genómicas empleadas en el proyecto están basadas en la secuenciación masiva (NGS, Next Generation Sequencing). Mediante el uso de estas técnicas se aísla todo el ADN presente en una muestra de alimento, se amplifica y, posteriormente, se identifica con una de las diferentes especies a las que pertenecen esas cadenas de ADN amplificado. Esto permite, de forma diferencial y en un único ensayo, extraer el total de especies que se incluyen en un alimento, en lugar de realizar detecciones únicas como se viene realizando.
Esta novedosa metodología de ensayo de secuenciación masiva supone grandes ventajas frente a los métodos convencionales que se utilizan actualmente para la identificación de especies en alimentos. Y es que, las técnicas genómicas son capaces de detectar de forma ágil especies que no se analizan de manera rutinaria en los procesos habituales, y además permite la escalabilidad del número de muestras que se analizan en cada lote.
Los resultados obtenidos hasta el momento por Laboratorios Tecnológicos de Levante demuestran que “los métodos de secuenciación masiva empleados son una herramienta útil para detectar la presencia de especies no deseadas o desconocidas en muestras de alimentos complejas lo que supone un avance definitivo para garantizar la calidad y fiabilidad de la industria alimentaria”, explican desde el departamento de Genómica de estos laboratorios.
El proyecto Food Fraud incluye un estudio económico de comparación entre las técnicas de secuenciación genómica investigadas y los métodos convencionales de identificación de especies, que muestra cómo la genómica supone además una importante reducción de costes y tiempos de ejecución de los análisis. Un elemento esencial para despertar el interés de las empresas de alimentación, que ganarían mayor flexibilidad y agilidad en la verificación de alimentos y en su salida al mercado de forma segura y atractiva para el consumidor.
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