Un equipo de científicos internacional ha destacado las ventajas de la biodiversificación: los campos agrícolas con mayor biodiversidad producen mayores rendimientos y, al mismo tiempo, promueven la polinización y el control biológico.
En las dos últimas décadas, cerca del 20% de las superficies cultivadas de la Tierra son menos productivas.
Según el último informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), los humanos son los culpables: no hemos hecho lo suficiente para proteger la biodiversidad de la naturaleza.
Los autores de un estudio internacional, coordinado por la Universidad de Würzburg (Alemania) y Eurac Research, del estudio han comparado datos de cerca de 1.500 campos agrícolas en todo el mundo: desde campos de maíz en las llanuras americanas hasta campos de colza en el sur de Suecia; desde plantaciones de café en la India o plantaciones de mango en Sudáfrica hasta cultivos de cereales en los Alpes.
Los investigadores han analizado dos servicios del ecosistema, es decir, procesos regulados por la naturaleza que son ventajosos y gratuitos para los humanos: el servicio de la polinización provisto por insectos silvestres y el servicio de control biológico, que es la capacidad de un ambiente de mantener bajo ciertos umbrales los posibles insectos plaga a partir de los depredadores naturales presentes en el ecosistema.
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