La estrategia para afrontar el reto demográfico tiene que plantearse como algo más que el problema de la despoblación rural, y debe ser afrontado como una cuestión de Estado
Es un hecho evidente la mejora de las comunicaciones viarias y de los equipamientos, así como la extensión de la red de servicios básicos (educación, salud,...) por todo el territorio español. Asimismo, es también evidente la creciente interacción rural-urbana que ha acompañado al fuerte proceso de cambio ocurrido en nuestro país en los últimos cincuenta años.
Todo ello ha dado lugar a una mayor convergencia entre el medio rural y el medio urbano, hasta el punto de que, en muchas zonas, no es posible distinguirlos. Es verdad que aún existen zonas con problemas de infraestructuras, así como con escasas dotaciones en equipamientos y con dificultades para acceder a los servicios básicos, pero la realidad es que pueden ser identificadas y registradas como casos que se alejan de la tendencia general de mejora generalizada del medio rural, y que, precisamente por eso, llaman más la atención.
Nuevos discursos sobre el mundo rural
Los cambios y mejoras experimentados por el mundo rural han tenido sus efectos en el ámbito de las ideas y los discursos, dejando obsoleto el tradicional discurso ruralista que mostraba el contraste entre una España rural (símbolo del atraso, la pobreza y el aislamiento) y una España urbana (símbolo de la modernidad y el dinamismo cultural), discurso que dominó la escena política y cultural española durante gran parte del pasado siglo XX.
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