La complejidad de las normas hace que el ritmo de presentación sea desesperante. Hay agricultores de edad avanzada que abandonan la actividad, mientras otros delegan todas las decisiones de siembra en el técnico que debe realizar el papeleo.
Ricardo Ortega
El proceso para solicitar la PAC está siendo tan lento y proceloso como todos nos pudimos imaginar cuando se vislumbraron las prioridades de la Política Agrícola Común. El plazo para la presentación finaliza el 31 de mayo, con un periodo adicional hasta el 15 de junio para realizar modificaciones, y con la amenaza de que el plazo no se prorrogue. Mucho se va a sudar de aquí a que esté entregada la última de las declaraciones.
Piedad Rojo, responsable de Negocio Agroalimentario del Santander, subraya que el proceso resulta más lento que otros años “porque la necesidad de información está siendo exagerada”. Hay agricultores que se han ido informando desde septiembre, “pero a un gran número de ellos les está pillando por sorpresa”, destaca.
Incluso los más informados siguen teniendo muchas dudas respecto a los ecorregímenes, la figura del agricultor activo o el significado real del pago redistributivo.
Agricultores a la expectativa
Los técnicos del Santander tramitan en torno a 3.800 expedientes en Castilla y León, una cifra que se va incrementando cada año. La entidad ha iniciado en torno al 40% de los expedientes, si bien “el registro final va más lento porque los clientes están a la expectativa, esperando posibles modificaciones”, recalca.
Una de las entidades que más solicitudes presenta es Asaja. Sus servicios técnicos en la provincia de Palencia apenas habían presentado el 4% de los expedientes a mediados de abril. Pero en otras zonas de España la situación es incluso peor.
Pequeñas explotaciones que desaparecen
Se ha detectado la desaparición de pequeñas explotaciones, normalmente de gente mayor que encarga las labores a terceros y que se ve desbordada por la normativa, por las exigencias de la PAC y, lo más grave, por el esfuerzo que supone cumplimentar el cuaderno digital. Aquí se une la falta de conocimientos técnicos con la ausencia de cobertura de internet en amplias áreas del medio rural.
En la entidad avanzan a ritmo lento, con el problema añadido de que tardó en llegar el programa puesto en marcha por la Junta, que ha debido incluir buen número de filtros para dar seguridad a la persona que cumplimenta la solicitud.
Agroambientales
Otra cuestión es que las ayudas agroambientales no van acompasadas con las solicitudes PAC, lo que contribuye a que el proceso vaya aún más despacio. Quizá la novedad que ha trastocado más la tarea hayan sido los ecorregímenes.
Y el año que viene será peor porque no existirán las excepciones actuales para la BCAM 7 (rotación de cultivos) y la BCAM 8 (espacios de biodiversidad), apuntan los técnicos. En relación con la 7, en la solicitud de 2024 será necesario acreditar que en los años anteriores se han rotado los cultivos de forma adecuada, lo que se puede convertir en un problema en las zonas maiceras de León, así como en la vega de Saldaña y la del Pisuerga, ambas en Palencia.
Delegar en la toma de decisiones
“Es una PAC diseñada por alguien que no conoce el sector”, denuncian desde la organización agraria. Un marco de ayudas que ha obligado a muchos profesionales a delegar todas las decisiones de siembra en el técnico que ahora debe cumplimentar la solicitud de la PAC. “Muchos nos piden que decidamos nosotros por ellos”.
Es lo que se ha venido haciendo desde septiembre del año pasado, cuando se ha recomendado a los agricultores que realizaran unas siembras compatibles con alguna de las BCAM y alguno de los ecorregímenes.
¿Y a partir de ahora? “Lo más probable es que en próximos ejercicios empecemos a preparar la solicitud PAC en septiembre, aunque la aplicación de la Junta no esté disponible y la tengamos que hacer a mano”, anticipan desde los servicios técnicos.
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