Este tipo de sociedades generan inquietud, especialmente en las zonas de secano que que se manifiestan por la importante sequía.
Ni agricultores ni administraciones ven con buenos ojos a las grandes empresas que llegan a los territorios, alquilan parcelas y las explotan sin miramientos. Lo único que buscan es maximizar los rendimientos de las explotaciones sin arraigo alguno en el territorio. Ni la mano de obra es local, porque la traen desde fuera.
Es lo que denunció el alcalde de Caravaca, José Francisco García, en el I Foro de Municipalismo organizado por La Opinión y que se celebró esta semana. Una denuncia que no se circunscribe únicamente a este municipio de la Región. Aunque el problema se agrava al ligar esta situación con la exigencia de medidas extraordinarias para el secano rabioso que tiene en riesgo la supervivencia de las explotaciones.
«No es ni más ni menos que empresas que llegan ante la falta de relevo en las tierras o que ofrecen un dinero interesante a los propietarios. Alquilan las tierras y las cultivan de una manera ultraintensiva con el agua de los manantiales y los pozos de toda la vida», asegura de nuevo el alcalde a preguntas de esta redacción.
Hay pozos que están extrayendo agua los 365 días del año», asegura un agricultor local
No confirma, ni él ni nadie, que estas sociedades usan más agua de la que les corresponde, porque no tienen forma de probarlo y porque esa es la competencia de la Confederación Hidrográfica del Segura. Sí tiene claro que con las concesiones de agua de las que disponen no se puede cultivar cuatro cosechas al año. Y eso está ocurriendo.
Tanto como que se ha convertido en un problema. «En todo el Valle del Quípar es preocupante. Son empresas totalmente deslocalizadas. Llegan con su propia mano de obra. Hacen varias plantaciones con tres o cuatro cosechas de lechuga o brócoli y contaminan la tierra. Revientan los caminos, no dan nunca la cara y son insensibles al territorio», añade un molesto alcalde que incluso dice que son incapaces de patrocinar a un equipo de fútbol sala de una pedanía. «Se irán cuando los recursos estén esquilmados», sentencia.
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