Los botes de miel seguirán, de momento, sin incluir un etiquetado claro en el que se indique el país de procedencia del producto y el porcentaje. Tras presentar en Bruselas la nueva norma que modifica el Real Decreto 1049/2003, la Comisión Europea solicitó correcciones por considerar que se debía ajustar a la Directiva comunitaria al respecto, unas peticiones que también dirigió a otros países como Francia y Portugal. En este sentido, los aspectos técnicos que Europa ve contrarios se refieren «el porcentaje de mezclas y las menciones al tratamiento térmico de la miel», según han señalado desde el Ministerio de Agricultura a ABC.
En este sentido, la Directiva 2001/110/CE establece que cuando se trata de mieles mezcladas procedentes de distintos orígenes, se puede etiquetar como mención «mezcla de mieles de la UE» o «mezcla de mieles no procedentes de la UE», o una combinación de ambas. Tras el dictamen europeo, el Gobierno ha afirmado que seguirá con la elaboración de la nueva norma para ajustarla a la Directiva europea y actualizarla en este sentido.
La nueva norma que pretendía aprobar el Ministerio de Agricultura incluía la prescripción de que las etiquetas indicaran el país de procedencia y el porcentaje del contenido de cada uno de ellos y también si había sido tratada con calor para atender las demandas de los consumidores y del sector apícola. El Gobierno también pretendía que los productores de miel pudieran utilizar en la etiqueta la mención voluntaria «obtenidas en frío» en el caso de aquellas mieles que «no han sido sometidas a un tratamiento térmico en ninguna de las fases de obtención o preparación».
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