Leo con desazón, en la prensa, las noticias que ponen como modelo de éxito para Almería a los llamados “chiringuitos agrícolas”. De hecho, la noticia en cuestión va de otro tema que sí es preocupante: la volatilidad de los precios agrarios.
La volatilidad de los precios agrícolas es algo preocupante para todos y casi desde siempre. Al menos desde que en el año 1696 (sí, desde el SXVII) el economista y estadístico ingles Gregory King escribió el primer estudio sobre el tema.
Más de 300 años después, ninguna sociedad, en ningún lugar de la tierra, ha conseguido una solución estable y duradera para este problema. En los sitios en los que se ha conseguido, “de manera transitoria”, se ha hecho a expensas de otros (subvenciones masivas, hundiendo los mercados mundiales con primas a la exportación, etc.) El último intento de estabilización de precios agrícolas, con cierta escala, fue la “fallecida antigua PAC de la Unión Europea“ que creó “ríos de leche y montañas de mantequilla” en palabras de sus propios enterradores.
De todo esto he escrito, en este blog, profusamente (ver los enlaces a los artículos siguientes para los que quieran ampliar sobre el tema).
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